24 de noviembre de 2011

Recuerdo el momento y el lugar exacto en que te vi por primera vez.
 Probablemente pasaste ante mis ojos antes, pero no te vi de verdad hasta entonces.
Era marzo. Y de tarde. Estabas en el segundo piso del edificio M, afirmado de las barreras, yo en una sala del mismo edificio. Tú casi a 3 metros de mí. Yo hablaba con una amiga que te conocía; tú estabas con un amigo tuyo, y ahí, te grité. Recuerdo cabello desordenado. Y creo que nunca has estado tan guapo. Yo llevaba unas zapatillas de lona blanca y cabello alisado. Escuchaba tu risa y la textura de tu voz. Luego te fuiste a clases. Ese día no llegué a hablar contigo.
Recuerdo el momento y el lugar exacto en que me hice tu amiga.
Era abril. Y de tarde. Tras esas largas conversaciones de noche por msn, al dia siguiente nos encontramos saliendo de clases, y compartimos un cigarro. Luego nos despedimos. En el primer paseo me hablaste de ti. En el segundo, simplemente estábamos en silencio, escuchando sólo nuestros pasos. Yo iba vestida con mi vestido que tanto te gusta y tu con tu polera azul que me encanta. Tú sonreías y yo me sonrrojaba.
Recuerdo el momento y el lugar exacto en que me di cuenta de que me sentía atraída por ti.
Era abril. Y de tarde. Fue mirando la gente pasar. Sabía que tú estabas dentro, y que me habías escuchado llegar. Palpé dentro de mi bolso los cigarros. Pensé en llamarte aquel dia. Pero recordé el color de tus labios, sólo un instante, a cada cigarro encendido.
Recuerdo el momento y el lugar exacto en que me hiciste sentir celos.
Era abril. Y de tarde. Hablábamos de una chica. No era la primera vez. Me habías hablado de algunas más. Unas sólo de pasada. Otras despacio. Otras con recurrencia. Y luego, ella. Ella me recordaba a mí. Antes pabas los días con ella. Siempre juntos. Hasta que tú le dijiste: “Se acabó”. Y ella no supo pedir un taxi. Me dijiste: “Una historia con ella hubiera funcionado”. Y yo sentí envidia y rabia. Envidia porque hay mujeres que se encuentran de nariz con el romanticismo en cualquier rincón del mundo. Y rabia porque lo dejan escapar.
Recuerdo el momento y el lugar exacto en que supe que me había "enganchado" de ti.
Era abril. Y por la tarde. Me fuiste a ver al trabajo, estábamos fumando, yo llevaba mi cartera negra y tú acariciabas tu pelo, mirándome a los ojos. Me habías mirado así tantas veces desde que nos conocimos… y esa fue la primera vez que yo aparté la mirada. Pasé la noche recordando tu mirada.
Recuerdo el momento y el lugar exacto en que descubrí que te quería. 
Era mayo. Y de tarde. Nos juntamos como todos los fin de semana. Entre cigarros, risas y una tarde helada y con lluvia, hablamos de besarnos... y lo hicimos. Y ahí comenzó nuestra historia.
Recuerdo el momento y el lugar exacto en que supe que me enamoré de ti.
Era octubre. Y de tarde. Cumplíamos 5 meses juntos. Fuimos a comer una copa de helado gigante y entre risas, te quiero, besos y paseos... supe que me estaba enamorando de ti.

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