13 de junio de 2010

La mente . . .



Entonces la mente funciona como una especie de cinta, que usualmente retrocedimos y probablemente sin ningún final feliz. La retrocedimos para las segundas vueltas, las segundas oportunidades, por algunas sonrisas, recuerdos e incluso por algunos olores, con caras nuevas que parecen ser conocidas o con alguno que otro cajón que dejamos entre abierto. Entonces escuchamos la melodía y nos sentimos frustrados y retrocedemos la cinta una, otra y otra vez, y todo se convierte en un juego de masoquismo continuo, hasta que te armas de ganas apretas stop entre en un bien hecho y un me arrepiento, entonces aquí esta el juego crucial, si solo adelantamos la cinta un poco y le mandamos el play en sima o si apretamos rec. y le mandamos su borrón y cuenta nueva, algo así como a otra cosa mariposa, o si respiramos onda supermegahiper profundo, analizamos, pensamos y actuamos, apretamos un botón sacamos la cinta y la damos vuelta, en otro sentido, guardamos los recuerdos y le escribimos a la cinta con orgullo, seguridad que no sabes de donde salió y un cabronismo enorme la frase: la vida comienza las veces que quieras.

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